jueves, 24 de julio de 2008

VIDEO DOCUMENTAL


El documental aborda las tendencias actuales del fenómeno migratorio en México resaltando al estado de Sonora como uno de los principales puntos de cruce para la migración internacional. La presencia de actores antes no documentados en los estudios de migración como los menores migrantes, permite desafiar los estereotipos del actor migrante tradicional. Con un enfoque antropológico, el documental pretende ser una herramienta metodológica para los estudios etnográficos contemporáneos sobre migración.


Realización
Julio Bejarano y Marybel Gutiérrez

Guión
Marybel Gutiérrez

Cámara e iluminación
Julio Bejarano

Musicalización
Julio Bejarano y Marybel Gutiérrez

Investigación y textos
Gloria Ciria Valdéz Gardea

Voz
Angélica González

Dirección y producción
Gloria Ciria Valdéz Gardea




Duración: 25 minutos


1ERA. PARTE

2DA. PARTE
3ERA. PARTE

Geografías rurales olvidadas: menores migrantes en tránsito por el corredor Altar - El Sásabe, expresión moderna del proceso globalizador.

Ficha bibliográfica:
Valdéz-Gardea, G. C. (2007). "Geografías rurales olvidadas:menores migrantes en tránsito por el corredor Altar-El Sásabe, expresión moderna del proceso globalizador. Primer acercamiento". En E. Méndez, Arquitecturas de la Globalización (págs. 177-186). Hermosillo, Sonora: Mora-Cantúa editores, S.A de C.V.


Gloria Ciria Valdéz-Gardea*


El proceso de globalización ha revitalizado la manera en que las antropologías de la migración venían estudiando al fenómeno migratorio, logrando colocar a esta área de estudio, tradicionalmente marginada, al frente de los estudios globales que intentan desafiar las viejas dicotomías en el análisis migratorio como la trayectoria rural-urbana del migrante o los modelos económicos de push-pull. Sin embargo, pese a ese esfuerzo –el de desafiar las posturas funcionalistas y estructurales en el análisis de la migración--, no podemos dejar de observar que, en la práctica, los estudios antropológicos sobre migración de a mediados de los noventas y finales del siglo XX siguen cargando con una velada concepción de centro-periferia que ha hecho que la mayoría de éstos se hayan enfocado a las transformaciones que ocurren en las ciudades fronterizas grandes del noroeste de México, olvidando que el proceso de globalización ha sido fundamental en la definición de nuevas tendencias migratorias, caracterizadas por una parte, por la relevancia que tienen en la actualidad las comunidades pequeñas y medianas para la migración en tránsito, y por la otra, por la participación en aumento de actores antes no documentados ni contemplados en los estudios sobre migración.
En este trabajo trataremos de brindar un primer acercamiento de la importancia que tienen en la dinámica migratoria actual las comunidades pequeñas del noroeste de México, como el corredor Altar-El Sásabe, localizado en la “periferia fronteriza” del estado de Sonora. El corredor Altar-El Sásabe, comunidad de aproximadamente dieciséis mil habitantes, forma parte de esas geografías rurales olvidadas (Philo, 1992) por los estudios migratorios, y por las políticas de desarrollo regional que han favorecido al “centro fronterizo”.[1] También intentaremos traer la voz de actores que tradicionalmente no han sido tomados en cuenta en el análisis migratorio como son los menores migrantes en tránsito por estas comunidades.
Para esto empezaremos con un breve recuento de las diferentes perspectivas en que la antropología ha abordado al fenómeno migratorio en México, enfatizando que la investigación académica han tendido a dar prioridad en sus estudios a las ciudades desarrolladas de lo que llamaremos el “centro fronterizo”. Posteriormente analizaremos la importancia del corredor Altar-El Sásabe[2] dentro de las nuevas tendencias migratorias, presentando cómo esta comunidad se ha convertido en la sala más importante del país para la migración internacional. Por último, y sin pretender agotar el tema, nos enfocaremos en presentar la problemática que enfrentan actores migrantes en tránsito por el corredor.


Antropología y Migración

Durante la década de 1940 hasta los años sesenta, la mayoría de los estudios antropológicos en México, aunque dirigidos a analizar los aspectos culturales de las comunidades, documentaban también la migración rural-urbana; es decir, la inserción, participación, luchas, expectativas de los migrantes básicamente rurales, recién llegados a la vida urbana. Uno de los supuestos era que la gran ciudad era el destino y que el protagonista era varón primordialmente; campesino y analfabeta. Este enfoque era cobijado por los paradigmas teóricos de las ciencias sociales en esta época, basados en dicotomías de lo rural versus urbano; de la periferia al centro, etcétera. Se creía que esta migración interna frenaba la internacional, pero no fue así. En esa época se hablaban de los factores push and pull que hacían que individuos del área rural salieran o fueran atraídos por las ciudades. Una vez en la ciudad, los migrantes serían asimilados por la cultura dominante en una o dos generaciones (Lewellen, 2002).
En los años ochenta varios autores empezaron a enfocar su atención a los cambios importantes en los flujos migratorios: esto fue la existencia e incremento de la migración de origen urbano a Estados Unidos. De esta manera, el enfoque tradicional de migración rural-urbano cambio por uno donde la migración internacional era producto de los cambios estructurales en la economía de nuestro país. Las políticas de ajuste estructural, el terremoto en la Ciudad de México y otros tantos factores que golpearon a la clase media y media baja, conjuntamente con las políticas estadounidense que fomentaban la migración, como la Ley Simpson Rodino que promovió la migración de familias enteras a Estados Unidos, fueron el contexto del incremento de la migración al país vecino.
Sin embargo, pese a los avances en documentar la migración rural y urbana internacional, este enfoque seguía cargando las viejas dicotomías, ya que éstos se enfocaban a la expulsión de migrantes, por la débil estructura económica de nuestro país, hacia el primer mundo; es decir, del tercer al primer mundo. El análisis se caracterizaba por el estudio de la migración en modelos neomarxistas, enfocados éstos en las desigualdades estructurales que mueven a la gente de países menos desarrollados a países desarrollados en busca de trabajo (Lewellen, 2002).
La idea de que motivos netamente económicos impulsa a los individuos a migrar entra en polémica cuando analizamos la heterogeneidad de las personas que migran con aspiraciones distintas. El problema con este enfoque es que limita el análisis y coloca la migración dentro de la relación económica costo-beneficio y obscurece una serie de fenómenos no comúnmente estudiados por la sociología.
Así, tenemos que a finales de la década de los años ochenta e inicio de los noventa, apareció una nueva área teórica en el análisis de la migración internacional: los estudios del trasnacionalismo. Este enfoque enfatiza la importancia de analizar los cambios de la migración desde la vida cotidiana de los propios migrantes y la institucionalización de esos cambios en la constitución de espacios y agentes sociales, que sintetizan eventos y sucesos de diferentes territorialidades (Sutton y Chaney, 1987; Portes 2003; Valdéz-Gardea y Balslev, 2007). El enfoque del trasnacionalismo, que se aleja de las grandes teorías, especialmente la teoría materialista, no ha logrado sacudirse totalmente de la seducción de los viejos modelos, enfocándose, entre otras cosas, en el análisis entre lo global y lo local, perdiendo de vista muchas interconexiones culturales, sociales y de identidad y muchos “matices de grises” que acontecen en el camino hacia lo local o lo global.
Más aún, el enfoque trasnacional no dice nada sobre la desigualdad entre las naciones en el contexto globalizador (Mclntyre, 2002) y es precisamente esta desigualdad una de las principales razones de la migración de personas y de la configuración de sitios para la confluencia en aumento de personas que producen una geografía estratégica para el proceso migratorio internacional, como es el caso de la comunidad de Altar, Sonora.


El corredor Altar-El Sásabe

Nuestro reciente viaje por comunidades fronterizas de Sonora concluyó en Altar, antigua región minera y ganadera, con una población de aproximadamente dieciséis mil habitantes. Aunque Altar no es frontera física inmediata, pues se encuentra a una hora y cuarenta minutos de El Sásabe, Sonora, frontera con Sásabe, Arizona, desde 1994 se ha convertido en la sala de espera más importante para la migración internacional. El hecho del que el flujo migratorio haya volteado su mirada hacia Altar no es fortuito. Las políticas antimigratorias de Estados Unidos, que se han concretizado, entre otras cosas, en el aumento de la vigilancia de las zonas tradicionales de cruce, obligaron al paisano a buscar otras áreas, aun siendo éstas más peligrosas, por las altas temperaturas como las que se experimentan en el desierto de Altar.
El movimiento que se observaba en Altar contrastaba con los datos del primer conteo del censo del 2005, el cual le daba al municipio una población de 8 357 habitantes (INEGI, 2005). Sin embargo, según la Comisión Estatal de Atención al Migrante y algunas observaciones preliminares, podemos decir que la población superaba los dieciséis mil habitantes, recibiendo en temporada alta hasta dos mil quinientas personas por día.
En relación a los servicios formales establecidos en Altar, antes de 1999 sólo existían dos hoteles; actualmente están funcionando diez y tres están en construcción (Von y Pastrana, 2004). Están operando también además cinco casas de cambio, un banco, flotas de taxis y camionetas para el transporte de personas, numerosos restaurantes y supermercados y varios bares en donde se evidencian actividades de prostitución. Según cálculos municipales, entre el setenta y ochenta por ciento de los altarenses viven de la migración (Urrutia, 2004).
La llegada masiva de migrantes a esta zona ha hecho que el corredor Altar-El Sásabe sea visto como un área de negocio por personas de otras partes del país que han instalado pequeños puestos de comida regional en diferentes puntos del poblado y numerosos puestos dedicados a ofrecer todo lo que el migrante necesita: gorras, guantes, chamarras, mochilas, botas, etcétera.
Este crecimiento en el corredor Altar-El Sásabe se presume se ha dado de una manera no reglamentada, generando una problemática urbana muy fuerte en los últimos años en los servicios públicos elementales, como son agua, drenaje y recolecta de basura, sobre todo en verano, por las altas temperaturas.
El reporte del Programa de Repatriación Voluntaria[3] del 2004 señala que la situación que prevalece en el corredor de Altar-El Sásabe se pudiera resumir de la siguiente manera: el incremento inusitado del flujo de migrantes sin documentados, el establecimiento de infraestructura al servicio de los traficantes de personas, la necesidad de incrementar la presencia y recursos de autoridades federales en funciones preventivas /disuasivas, condiciones climáticas extremas, el incremento de las actividades del crimen organizado, tales como el tráfico de estupefacientes y personas, las incursiones perpetradas por el crimen organizado, la aparición a lo largo de la frontera de los Estados Unidos de organizaciones radicales antiemigrantes con matices xenófobos y “vigilantismo” de particulares.


Migración infantil

Una de las características más preocupantes del fenómeno migratorio actual es el incremento considerable de menores migrantes de 0 a 17 años de edad que cruzan por el desierto sonorense, por lo que resulta trascendental hacer una reflexión sobre los riesgos y la situación de vulnerabilidad de los menores migrantes, quienes, en muchas ocasiones, son tratados como delincuentes al momento de ser detenidos por la patrulla fronteriza, recibiendo golpes, empujones y siendo esposados. También los menores son engañados por redes de explotación sexual, además de sufrir accidentes o, incluso, la muerte al intentar cruzar la frontera. Lo grave de la migración infantil es que se da una interrupción en la facultad del disfrute pleno de sus derechos de alimentación, salud y educación.
El tema de la migración infantil no puede ser analizado sin contextualizar la situación económica y social por la que atraviesan las poblaciones más vulnerables en nuestro país. La migración infantil tiene sus raíces en el aumento en los niveles de desempleo, la crisis continua en el sector agrícola (cafetaleros y el sector cañero en Veracruz y las recientes sequías en Zacatecas) y el aceleramiento en los niveles de pobreza, lo que ha ocasionado que nuestro país no pueda absorber la mano de obra joven que busca empleos.
Lo anterior ha traído como consecuencia la movilización de personas, niños y adultos a ciudades más “esperanzadoras”, como las define Carrasco (2000: 3), refiriéndose con ello a la población que busca formas precisas para ser absorbida y consumida en la ciudad, lo que provoca que “la ciudad central y lugar de recibimiento de migrantes sea desmitificada convirtiendo a la ciudad como un lugar que brinda momentos esperanzadores adosados a las nuevas formas de construir y apropiarse de ella”, como es el caso de las ciudades fronterizas del norte de México y Estados Unidos.
La migración de menores ha sido ligada tradicionalmente a la migración de los padres. En la época de los años ochenta, por ejemplo, debido al programa de reunificación familiar promovido por Estados Unidos, cientos de migrantes radicados en ese país tuvieron la oportunidad de reunirse con sus esposas e hijos. De esta manera, el análisis de la migración de menores estaba íntimamente relacionado con el de la de la familia. Sin embargo, este enfoque reduce la dinámica actual de la migración de menores, la cual está ligada a los cambios en las tendencias migratorias, la consolidación de redes y la heterogeneidad del actor involucrado en el mismo.
En la actualidad, la migración infantil se presenta de diferentes formas que tienen que ver con los cambios complejos que ha experimentado el fenómeno migratorio en nuestro país. Lo que es claro es que la migración rara vez es decisión de un solo individuo. La unidad domestica, el grupo familiar, las amistades o, incluso, la comunidad misma, influye en la migración de los individuos.
El fortalecimiento de las redes migratorias, la accesibilidad para llegar de un lugar a otro debido al mejoramiento de las vías de comunicación (carreteras), el incremento de nuevas rutas y líneas de transporte, la competencia en los servicios de transportación aérea que ha abaratado las tarifas y el acceso al pago de los boletos de avión a crédito, así como el rápido acceso al correo electrónico y telefonía celular, entre otros factores, ha posibilitado que individuos de todas partes del país participen en el proceso migratorio.
El aumento de la migración femenina, el incremento del abandono de las familias en México por parte del varón migrante, quien cesa la comunicación con sus familiares (esposas e hijos) y el envío de remesas (Bustamante, 2004), son, entre otros factores, las causas del incremento de la migración de menores, muchos de ellos en busca de la reunificación familiar.
Por ejemplo, entrevistas realizadas en trabajo de campo por las zonas fronterizas de Agua Prieta, Nogales, Altar y El Sásabe, a menores migrantes repatriados, a menores migrantes en tránsito por las comunidades y a los encargados de los albergues del DIF y los de la sociedad civil, muestran que la mayoría de los menores entrevistados iban en busca de la reunificación con algún familiar. Todos comentaron que tenían un pariente trabajando en Estados Unidos, en algunos casos su mamá y su papá, quienes habían realizado el trámite necesario para trasladar al menor hacia ese país.
Algunos menores expresaron haber realizado el trayecto hacia la frontera sin acompañamiento, sin embargo, en todos los casos estaba presente una red que apoyaba la decisión de migrar. Tenemos así a menores migrantes (14-17 años de edad), un grupo más independiente, que viaja solo o en la compañía de amigos o vecinos de la misma comunidad. Hay menores que viajan en la compañía de hermanos mayores, tíos o algún pariente. Como el caso de Iván, de 16 años de edad, entrevistado en el albergue del menor repatriado Camino a Casa del DIF en Nogales, Sonora.
Iván, originario del estado de Colima, tenía más de tres días en el Albergue, después de haber sido capturado por la patrulla fronteriza en su intento de cruce y trasladado a este lugar a través del Programa de Repatriación al Migrante, en espera de que algún pariente cercano viniera por él.
Iván comentó que tenía mas de un año de no ver a sus padres, quienes habían migrado a Phoenix, Arizona, para trabajar: “iba a verlos—dijo, con los ojos llenos de lagrimas—, tengo un año que no los veo, yo me quedé con mi abuela para terminar la escuela, mi tío me trajo hasta acá para no venirme solo”.
Iván fue acompañado por su tío hasta Altar, en donde éste esperaría a que Iván fuera recogido por el contacto, quien lo cruzaría, para posteriormente él regresarse a Colima. En Altar esperaron el contacto que cruzaría a Iván. La comunicación para establecer quién, cuándo y dónde se reunirán con el contacto se hizo por teléfono desde Altar. El tío de Iván se comunicó con los padres de Iván para ponerse de acuerdo con la identificación del contacto: nombre y descripción física. Los padres de Iván proporcionaron a la vez los nombres del tío e Iván, así como la descripción física (como iban vestidos, color de la ropa, del pelo, altura, complexión, etcétera) al contacto. De esta manera, al momento del encuentro entre el contacto y los migrantes, además de los rasgos físicos de identificación mutua, el primero, para mayor seguridad, debía de proporcionar también los datos de la persona que lo enviaba.
El encuentro se da regularmente en la plaza de Altar, en donde el migrante espera horas y a veces hasta días en espera del contacto. En otras ocasiones el contacto va y busca directamente al migrante en la casa de huéspedes u hotel que le fue notificado.
El establecimiento de redes migratorias sólidas en las comunidades que participan en este proceso en México, así como las redes que se establecen en las comunidades receptoras en Estados Unidos, da como resultado el flujo de información que permite que un migrante desde Phoenix, Arizona, pueda contactar a un guía para que cruce a su familiar.
Regularmente los jóvenes migrantes van en busca de la reunificación con los padres, o uno de ellos, o un hermano que se encuentra en Estados Unidos quienes financian los costos del cruce y aseguran un trabajo para el menor en el área de la construcción, jardinería, o restaurante. Por otra parte, hay jóvenes que, aprovechando el periodo vacacional de verano, intentan cruzar hacia Estados Unidos de manera temporal. La mayoría de estos jóvenes tienen algún familiar o amigo radicando en ese país, quienes los apoyan en la búsqueda de trabajo y vivienda.
Los niños migrantes menores de cinco años de edad por lo general son acompañados por un familiar cercano. Se intenta que el cruce sea lo más seguro posible, por lo que en muchas ocasiones se utiliza una visa o acta de nacimiento que pertenece a un niño con residencia legal. El cruce se hace en carro, en ocasiones los cruza un residente legal, ya sea un pariente o amigo de la familia. Los menores entre seis y trece años de edad vienen acompañados de algún familiar cercano; el objetivo es la reunificación familiar. Al igual que los menores de 5 años, los padres envían por ellos.
La migración de niños forma parte de las tendencias actuales del fenómeno migratorio caracterizado por la presencia de nuevos estados expulsores de migrantes, -- como el de Veracruz y el de Yucatán--, la heterogeneidad de los actores migrantes y el aumento considerable de mujeres migrantes. Lo anterior, en el contexto de una área fronteriza militarizada como las de Tijuana-San Diego y Ciudad Juárez-El Paso, que básicamente han “sellado” la franja fronteriza, dirigiendo el flujo migratorio a áreas más peligrosas como el desierto sonorense.
De esta manera, no es difícil explicarse porque las comunidades fronterizas de Sonora se han convertido en los principales puntos de transito para la población migrante. En el 2004, por ejemplo, el estado de Sonora ocupó el primer lugar a nivel nacional con el 56% en el número de menores repatriados no acompañados. En el 2005 cuarenta y cinco mil niños fueron repatriados en México, de los cuales veinte mil ingresaron por Sonora. De esta cantidad, seis mil setecientos fueron menores que ingresaron sin acompañamiento.
Las cifras no son alentadoras en el primer trimestre del 2006, en el cual, según los datos proporcionados por el DIF, se han repatriado un total de 2 811 niños por las comunidades de Agua Prieta, Nogales y San Luis Río Colorado.
Comparando este primer trimestre con el del 2005, tenemos que en Agua Prieta, por ejemplo, en el primer trimestre del 2005, se recibieron un total de 298 menores y en el de 2006 disminuyó a 152. En San Luis Río Colorado se recibieron en el primer trimestre del 2005 un total de 458 menores y en lo que va de 2006 asciende a 824. En el municipio de Nogales el DIF atendió durante el primer trimestre del 2005 a un total de 516 menores, mientras que en el primer trimestre de 2006 se han recibido 1 835. Se calcula que diariamente son repatriados por Nogales un promedio de cuarenta menores de edad, quienes, según la información proporcionada por el DIF, en su mayoría son menores que dijeron haber cruzado hacia Estados Unidos por la comunidad de El Sásabe, considerada el principal punto de cruce de menores migrantes, teniendo como antesala a la comunidad de Altar.


A manera de reflexión final

La mayoría de los estudios sobre migración, cultura e identidad han sido realizados en las ciudades fronterizas más industrializadas como Tijuana y Ciudad Juárez, lo que explica la ausencia de estudios sobre las dinámicas migratorias en comunidades fronterizas pequeñas como las del noroeste de México.
A partir de la última década, la “periferia fronteriza” sonorense ha sido el principal punto de cruce para la migración internacional. Pese a eso, ésta ha recibido poca atención por parte de los estudiosos del tema migratorio, así como en relación a la implementación de políticas públicas. Este descuido e invisibilidad de la “periferia fronteriza” ha llevado a una situación real e irónica: en la actualidad son los lugares periféricos los que se han convertido en los puntos centrales de la migración y otros fenómenos asociados con el ser “fronterizo”, como el crecimiento desordenado de la población sin la suficiente infraestructura, el aumento de actividades ilícitas como la drogadicción, el tráfico de drogas, la trata de personas y el aumento en el tráfico de menores. Lo anterior se agudiza ante la falta de una política de desarrollo urbano para cubrir las necesidades de la población, lo que ocasiona, por una parte, la escasez en la prestación de servicios básicos a los migrantes en tránsito, y el crecimiento desordenado de servicios informales en las comunidades que “nadie controla, nadie gobierna y nadie ordena” (Santibáñez, 2004: 5).
En síntesis, datos actuales muestran una realidad más compleja que invita a dirigir nuestra mirada hacia la dinámica migratoria que se presenta en comunidades como el corredor Altar-El Sásabe, localizada al noroeste del estado de Sonora, la cual, debido a las políticas antiemigrantes estadounidenses, que prácticamente han sellado las áreas tradicionales de cruce, se ha consolidando como un lugar para la confluencia de personas, produciendo una geografía estratégica para el cruce internacional de migrantes provenientes de todos los estados expulsores del país.

Bibliografía

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Páginas electrónicas

www.conapo.gob.mx/migración_int
www.inegi.gob.mx
www.colson.edu.mx/barco/databases/encuestas/marco%20Emif.htm
__________________________
[1] Véanse todos los trabajos sobre la materia publicados por El Colegio de la Frontera Norte.
[2] La información local del corredor Altar-El Sásabe y de los menores migrantes manejada a lo largo del presente trabajo proviene del trabajo de campo realizado en abril del 2005 y junio y julio del 2006, en donde se realizaron entrevistas abiertas con migrantes en tránsito, menores repatriados y encargados de los albergues del DIF y de asociaciones civiles a favor del migrante como el albergue CCAMYN en Altar; los albergues Juan Bosco, Camino a Casa y Casa Conchita en Nogales e YMCA y la Casa Pepito en Agua Prieta. También se realizó la revisión de una síntesis informativa con más de trecientos artículos periodísticos sobre el tema migratorio recabados durante los meses de septiembre del 2005 a junio del 2006, así como datos proporcionados por organismos oficiales como el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y la Comisión Estatal de Apoyo al Migrante en Sonora.
[3] Este programa inició el verano del 2004. Consiste en regresar gratuitamente a los migrantes no-legalmente documentados que después de ser capturados deciden, de manera totalmente voluntaria, regresar a sus lugares de origen y no permanecer en la ciudad fronteriza por donde son devueltos. El transporte es pagado por el gobierno de Estados Unidos, este año se contrató los servicios de Aeroméxico pagando por el viaje de cada migrante, desde la ciudad de Tucson, Arizona, a la ciudad de México, poco menos de mil dólares. El programa es operado de manera conjunta con autoridades mexicanas.

En recuerdo de nuestros menores migrantes

Expreso
Fuera de Ruta
22 DIC 07

Gloria Ciria Valdez Gardea*

Es poco lo que se sabe de la situación del menor migrante en general y mucho menos del menor migrante indígena. La información existente sobre el tema de la infancia migrante no es mucha y se encuentra dispersa, una carencia mucho mayor se presenta en cuanto a información sobre el tema de migrantes menores indígenas. En el estado de Sonora, región de tránsito y destino, la población de menores migrantes cobra importante presencia. El tema es relevante si observamos el panorama general sobre la situación que guardan los grupos sociales más desfavorecidos de nuestro país y la tibieza del Gobierno federal para salvaguardar los derechos y las necesidades de estas poblaciones. Un ejemplo de lo anterior es el recorte al presupuesto designado a la implementación de programas sociales diseñados para combatir la pobreza extrema, como son Jornaleros Agrícolas, Tres por uno migrantes, Micro-regiones, Opciones Productivas, Atención a los Adultos Mayores, Vivienda Rural, Incentivos estatales, Empleo Temporal, y Jóvenes por México, que sufrieron un recorte presupuestal del 45%, es decir, de los 290 millones ejercidos en 2005, se redujo a 1,570 millones en el 2006 (La Jornada, 14 de marzo de 2006). En lo que va del año 2007 la situación de los cerca de 12 millones de indígenas en nuestro país no ha cambiado y continúan siendo los marginados y excluidos del Plan Nacional de Desarrollo. Por ejemplo, la Secretaría de la Reforma Agraria afirma que “en México hay 803 municipios con una superficie de 29 millones de hectáreas y una población indígena con muy “alta” y “alta marginalidad”, sin apoyo institucional. Los grupos nativos ocupan el 73% de esa superficie, y en las tres cuartas partes de ese mismo territorio se reporta la existencia de cuatro mil 998 ejidos y mil 297 comunidades con presencia indígena, en donde se observa poco potencial productivo, inadecuado aprovechamiento de la tierra, un deterioro en sus recursos naturales, carencia de infraestructura, minifundio, junto con una crisis del sector agropecuario. La situación que viven las comunidades indígenas en México y América fue expuesta en el pasado Encuentro de Pueblos Indígenas de América celebrado en octubre 2007 en la comunidad yaqui, en Vícam, Sonora. Ahí el rarámuri Francisco Palma dijo en la declaración final del encuentro: “… pues el despojo de tierras y recursos de los pueblos crece día a día, pero también crecen la resistencia y la indignación de los pueblos” (La Jornada, 15 de octubre). Sin duda alguna, una de las acciones que los pobladores de las comunidades indígenas han realizado desde años para combatir la pobreza y marginación ha sido la migración interna e internacional. La movilización de miles de pobladores del área rural mexicana hacia los estados del noroeste de México en busca de trabajo en las áreas agro-industriales o en busca de la migración internacional, tiene una larga tradición. Sin embargo, el rol del menor migrante en el proceso migratorio ha sido poco estudiado pese a que desde hace algunos años este grupo participa activamente en el proceso. Por ejemplo, alrededor de 500 mil niños de 14 años son jornaleros agrícolas, cuatro de cada diez son indígenas y cerca del 10% en edad escolar (La Jornada, 9 de marzo, 2006) no tiene acceso a la educación básica y está expuesto a los riesgos de pesticidas y agroquímicos, a la deshidratación y a las enfermedades, además interrumpe su formación escolar por incorporarse al trabajo.

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbano y Ambientales de El Colegio de Sonora

Seminario Niñez Migrante

FUERA DE RUTA
13 OCT 07

Gloria Ciria Valdéz Gardea*

El próximo miércoles 17 de octubre se llevará a cabo la sesión del Seminario Permanente Niñez Migrante, en las instalaciones de El Colegio de Sonora. Uno de los objetivos de este seminario es conocer las tendencias actuales del fenómeno migratorio en México y analizar la participación de actores antes no documentados por la literatura como son los menores y mujeres emigrantes. Sin duda alguna, el aumento considerable de mujeres mexicanas emigrantes, provenientes de áreas rurales y urbanas, es uno de los elementos más significativos en las nuevas tendencias del flujo migratorio en México. Aunque la participación de la mujer en el flujo migratorio ha sido históricamente importante, fue hasta la década de los ochenta, con las políticas migratorias estadounidenses, como la Ley Simpson Rodino, que se promovió la migración de familias enteras a Estados Unidos, que se iniciaron los primeros estudios sobre migración femenina. Estos estudios relacionaron con la mujer emigrante, ligada a la suerte de su esposo, hijos, padres, etcétera, es decir, estaban enfocados a las oportunidades económicas del hombre en los lugares receptores. Sin embargo, evidencia empírica muestra que no toda la migración femenina se deriva o está relacionada con la migración del hombre o de la familia. Investigaciones recientes sugieren que la proporción de mujeres solteras va en aumento con relación al total del flujo de mujeres migrantes de México y Centroamérica. Estas investigaciones revelan que las mujeres solteras emigran con objetivos diversos y en condiciones distintas, que poseen altos grados de escolaridad, diferentes nacionalidades y que provienen de diversos estratos sociales y geográficos. Incluso estudios recientes sugieren que la proporción de mujeres emigrantes está aumentando en relación con todo el grupo. En Sonora por ejemplo, el Instituto Nacional de Migración delegación Sonora, informó que del mes de enero al 30 de octubre del 2004 se observaron 168,973 eventos de repatriación por los municipios de Nogales, Agua Prieta, Naco, San Luis Río Colorado, Plutarco Elías Calles y El Sásabe, de los cuales 2,127 eventos fueron de mujeres adultas y 654 niñas adolescentes. El aumento de la participación de mujeres en la migración internacional invita a reflexionar acerca del rol trascendental que este grupo tiene en la formación de redes sociales migratorias, y en la producción y reproducción de la socialización del fenómeno migratorio al interior de la unidad doméstica y la comunidad.

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbano y Ambientalesde El Colegio de Sonora

Va para todos los Ivanes

EXPRESO
FUERA DE RUTA
4 AGO 07

Gloria Ciria Valdéz Gardea*

“Tía, tía, fíjese que no alcancé ficha para el Cbtis 37, ya fui a todas partes y nada, me voy a tener que meter a trabajar”. Estas son las palabras producto de una de las tantas llamadas telefónicas que hizo Iván, un guapo joven de 15 años de edad, estatura alta, complexión robusta, sonrisa franca y una hermosa ceja poblada que se juntaba en una línea arriba de sus brillantes ojos, enmarcando su cara redonda aún de niño. El sueño de Iván era ingresar a la que es considerada la mejor preparatoria de Ciudad Obregón. Para ello se estuvo preparando los últimos tres años. No fue fácil, especialmente porque desde muy joven dedicaba sus veranos y algún y que otro fi n de semana a trabajar como jefe de los cerillitos en la Ley. Sin embargo, al término de la secundaria, Iván conservó su excelente promedio: 95.0. Entusiasmado como muchos otros, llegó temprano a las instalaciones del Cbtis 37. Su sorpresa fue grande al escuchar por el micrófono la voz de una señorita que anunciaba que las fi chas para nuevo ingreso sólo llegarían hasta el promedio 96.0. Ni hablar. Al otro día, él y su papá recorrieron las preparatorias de la ciudad. “Hasta a El Tobarito fui -decía Iván- y nada, ya no hay fi chas, ya no hay cupo”, mientras una tía, incrédula, frustrada e impotente, decía: “¿Cómo que no hay cupo para un promedio como el tuyo?”. Y, para variar, el caso de Iván no está aislado, hay muchos jóvenes que están pasando por la misma situación. A estas alturas del partido resulta increíble que cualquier chamaco, independientemente de su promedio, se esté preguntando si va a poder seguir con sus estudios. Como sociedad no estamos aceptando nuestro compromiso hacia nuestros jóvenes. Les pedimos que sean estudiosos, los atiborramos con obligaciones y discursos sobre la vida, la salud, las amistades, el sexo, las horas de llegada, las drogas, los embarazos tempranos, etcétera, etcétera, ¿y a cambio de ello qué opciones les estamos ofreciendo? ¿En dónde está el derecho a la educación? ¿En dónde las opciones? Desafortunadamente lo anterior está estrechamente ligado al porqué cientos de jóvenes de todo el país buscan respuestas a sus necesidades en la migración internacional. Las cifras no son alentadoras. El grupo que encabeza la migración de menores son los jóvenes entre 14 y 17 años edad, muchos de ellos ya padres o madres de familia, o que viven en unión libre y que, pese a su corta edad, ya tienen la responsabilidad del cuidado de la familia o la de contribuir o ser el principal sustento económico de la familia. Lo anterior obstaculiza el derecho del joven a continuar estudiando y peor aun cuando no encuentra opciones, como el caso de Iván. Quizás es la nostalgia de inicio de verano, quizás es el cansancio y el agobio de las tareas, pero no puedo dejar de pensar que Iván puede aumentar las cifras de estos jóvenes que día a día se nos van. ¿Qué me pasa? ¿Se me acabó la esperanza? Did I give up? No pude encontrar mejor respuesta a mi ánimo que esta frase de Joaquín Hurtado: “¿Quién me robó la dulce locura del emputamiento insobornable? ¿Qué extraño cóctel retroviral me domesticó hasta la ignominia? ¿Qué beca, qué intereses, qué huesos, qué miedo a lo oscurito le desfondó el parque al francotirador? Mis campanas ya no doblan por nada ni por nadie”.

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbano y Ambientales de El Colegio de Sonora

Altar, Sonora: geografías rurales olvidadas

EXPRESO
FUERA DE RUTA
7 DE JULIO 2007

Gloria Ciria Valdéz Gardea*

En la actualidad las comunidades fronterizas pequeñas y medianas del noroeste de México tienen un rol crucial para el desarrollo del fenómeno migratorio. Sin embargo, estas han recibido poca atención por parte de los estudiosos del tema, quienes se han enfocado en las transformaciones que ocurren en las ciudades fronterizas hermanas, como Tijuana-San Diego, Ciudad Juárez-El Paso y ambas Nogales. Hoy en día las comunidades fronterizas pequeñas y medianas cumplen un rol trascendental para la migración internacional, que se caracteriza, entre otras cosas, por la presencia de actores antes no documentados pero siempre presentes en el proceso, como las mujeres y los menores migrantes. El corredor Altar, Sonora, antigua región ganadera y agrícola localizada al noroeste del estado, es un ejemplo de esas comunidades olvidadas por los estudios migratorios. Altar, comunidad de aproximadamente 16,000 habitantes (aunque el primer conteo del Inegi de 2005 le adjudicaba un poco más de 8,000), forma parte de esas neglected geografías por las políticas de desarrollo regional que han favorecido al centro fronterizo. Pese a que Altar no es frontera física inmediata con Estados Unidos, pues se encuentra a una hora y cuarenta minutos de El Sásabe, Sonora, frontera con Sábabe, Arizona, desde 1994 se ha convertido en la sala de espera más importante para la migración internacional, debido a las políticas antinmigratorias de Estados Unidos, caracterizadas por el aumento de la vigilancia en las zonas tradicionales de cruce, desviando al migrante hacia áreas más peligrosas, como el desierto de Altar. La llegada masiva de migrantes en tránsito por esta zona ha hecho que la comunidad sea considerada como un área de negocios por personas de otras regiones del país, que han instalado pequeños puestos de comida regional en diferentes puntos del poblado, y numerosos puestos en donde se ofrece todo lo que el migrante necesita: gorras, guantes, chamarras, mochilas, botas, linternas, cabezas de ajo para prevenir mordeduras de animales, etcétera. El crecimiento poblacional de Altar por migrantes en tránsito y los que buscan residencia temporal o permanente ha generado una problemática urbana muy fuerte en los servicios públicos, como son agua, drenaje y recolecta de basura, en los últimos años, sobre todo en verano, por las altas temperaturas. En cuanto a los servicios de salud en Altar, el migrante en tránsito tiene una gran desventaja, ya que estos servicios se concretan en una unidad móvil de la Cruz Roja, atendida por un solo paramédico, y en una clínica de la Secretaría de Salubridad y Asistencia. Existe también más de media docena de consultorios médicos particulares, así como una clínica privada. El migrante, que regularmente viaja con recursos económicos limitados, tiene poco o nulo acceso a la práctica médica privada. Lo anterior origina la peligrosa práctica de la automedicación por parte del migrante, quien recurre al boom farmacéutico en la comunidad, con más de media docena de farmacias ubicadas por todo Altar, para comprar desde penicilina para una infección de garganta, hasta neomelubrina para la temperatura. El crecimiento desordenado en los servicios para el migrante en Altar muestra, por una parte, el abandono de la periferia fronteriza y, por la otra, las características culturales y sociales atribuidas al ser fronterizo, como el crecimiento poblacional sin la suficiente infraestructura y el aumento de actividades ilícitas, que, en palabras de Santibáñez, “nadie controla, nadie gobierna y nadie ordena”.

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbano y Ambientales de El Colegio de Sonora

¡Respeto, porque aquí es la ley!

Expreso
Fuera de ruta
14 ABR 07

Gloria Ciria Valdéz Gardea*

¡Respeto, porque aquí es la ley! Eran como las 7:30 de la mañana cuando Vanesa, de 23 años de edad y originaria del estado de Guanajuato, acompañada de su esposo Jaime, de 24, y sus dos hijos, Luis y Juan, de 1 y 4 años de edad respectivamente, se dirigían en su carro, un Buick modelo 1985, hacia un Círculo K a cambiar el cheque que Jaime y Vanesa recibían cada semana por su trabajo en la empacadora de tomate localizada a las afueras de Douglas, Arizona. Casi a punto de llegar a la tienda los paró una camioneta de la patrulla fronteriza sin darles ninguna explicación del porqué. Comenta Vanesa: “Nosotros íbamos manejando muy bien y todo, no tenía por qué pararnos y bajarnos del carro, no nos pasamos ni un alto ni nada, allá las cosas son así, se meten hasta en las trailas, a las casa…”, decía, mientras sus hijos se entretenían con unas hojas y lápices intentando dibujar sobre la mesa del amplio comedor de la casa de la Mujer Migrante en Agua Prieta. “Cuando nos paró -continúa Vanesa relatando la experiencia- nos preguntó que si teníamos papeles. Mi esposo dijo que no, que nada más tenía el niño más chiquito. Entonces nos preguntó: ¿quién es americano? Y le dijimos que el niño, señalando a mi hijo. Y nos preguntó: ¿cuántos años tienen acá? Mi esposo dijo que dos y que el niño tenía un 1. Y luego, señalando a mi hijo Juan, preguntó: ¿él es mexicano? Le dijimos que sí, y dijo: ¿sí? Pues adentro, para el carro. Y luego nos preguntó: ¿quieren irse todos a México? ¿O quieren dejar nada más al niño pequeño? Mi esposo contestó que dejaríamos al niño pequeño. “Pero después el de la border patrol cambió de idea y nos dijo que sólo se llevaría a mi esposo y que yo me podía ir con los niños. El problema fue que yo no sé manejar y cuando el de la border patrol me dejó en mi carro, me subí y me dijo: pues dele para atrás, y se dio la vuelta para irse y llevarse a mi esposo, pero se dio cuenta de que yo no movía el carro, me bajó y me dijo: no, mejor súbase; vámonos todos juntos. Entramos todos a la border patrol. El carro estaba muy caliente: tenían la calefacción muy alta. Le dije que el niño más chiquito tenía temperatura y estaba llorando, pero no nos hizo caso y le empecé a decir muchas cosas. Yo sabía que era ilegal lo que estaba haciendo, pues en la escuela de los niños nos había dicho la maestra que ellos no tienen derecho a maltratarnos ni por qué pararnos. Le dije que el niño venía mal, que se estaba asfixiando de tan alto el aire, que venía bien caliente, y además bien orinado. Íbamos a la tienda a cambiar el cheque cuando nos agarraron y a comprarle leche al niño y pañales y no traíamos nada. No me hacía caso. Pero luego nos encontramos con otras patrullas y nos cambiaron de carro. “Después nos llevaron a la oficina de migración. Eran como las nueve de la mañana. Nos tomaron huellas y nos entrevistaron. Nos dieron agua y bolsitas de comida, pero los niños no comían; el más chiquito se la llevaba puro llorar y llorar, porque quería leche y venía bien orinado. Me sentía muy mal, pero no se podía hacer nada, si con sólo movernos un tantito nos decían manos hacía atrás. Mi esposo traía la gorra para atrás y el de la border patrol le dijo: respeto, porque aquí es la ley, porque nosotros somos la ley, señor. Le quitó la gorra y se la puso así -nos mostraba Vanesa con sus manos de qué manera el de la border patrol le colocó la gorra a su esposo-. Yo estaba muy enojada, pero qué puede hacer uno: no puede ni contestar, ni voltearlos a ver mal, ni nada. Como ellos dicen, son la ley.”

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbano y Ambientales de El Colegio de Sonora

El México joven se nos va

FUERA DE RUTA
3 FEB 07

Gloria Ciria Valdéz Gardea*

En nuestra última visita al albergue Camino a Casa del Menor Repatriado, en Nogales, tuvimos la oportunidad de platicar con ocho menores migrantes de 14 a 17 años de edad, procedentes, la mayoría de ellos, de comunidades rurales de los estados del suroeste mexicano. Recuerdo que llegamos al albergue alrededor de las once de la mañana del sábado. Algunos de los jóvenes estaban sentados en la sala viendo la televisión; otros, recostados durmiendo. Sus caras mostraban enfado, cansancio y soledad. De vez en cuando sonreían por alguna broma que algunos de los muchachos hacían, especialmente de los jóvenes migrantes reincidentes, que ya habían estado en otras ocasiones en el albergue y que se mostraban más confiados en qué hacer y qué no hacer, eran conocedores del procedimiento burocrático de la repatriación y se posicionaban fácilmente del espacio físico del pequeño albergue. Sabían moverse con facilidad al baño y se recostaban en los sillones relajadamente para ver el video que la trabajadora social del albergue les ponía y que trataba sobre la problemática del menor migrante, con el objetivo de sensibilizarlos del peligro, mientras otros niños se sentaban tímidamente, casi acurrucados en el sofá o en las sillas, con los pies juntos mostrando sus zapatos y parte del pantalón enlodados, con sus manos entre las piernas y la mirada fija, casi ausente. En esta ocasión, nos tocó platicar con una jovencita de 14 años de edad. Estaba sentada en el extremo izquierdo del sofá muy seria. Llamó la atención de nosotros, pues traía una pulsera de plástico, de esas que ponen en los hospitales, con su nombre inscrito con pluma azul. Su brazo derecho estaba doblado, cuidándose de que no se le cayera el pequeño algodón que cubría el minúsculo orificio de su canalización. Se llamaba Laura*, originaria de Oaxaca. Ella, sus primos y un tío habían llegado a Altar con la intención de cruzar hacía Estados Unidos por El Sásabe. Comenta que caminaron varias horas, hasta que la patrulla fronteriza los detuvo. Laura se desmayó de la impresión y fue trasladada a un hospital en Nogales, Arizona. No recuerda más. En el albergue se encontró a su prima. Las dos dijeron que no sabía lo que había pasado con los demás. También conocimos a Esmeralda, una hermosa joven de 15 años de edad, ojos verdes, piel blanca y cabello largo y oscuro. Al principio creímos que era una de las secretarias del albergue, pues vestía unas zapatillas negras tacón número siete, pantalón de mezclilla que moldeaba su figura, quizás talla tres, una blusa negra con un pronunciado cuello v con encaje del mismo color y un pequeño saco blanco. Su pelo estaba peinado en una cola que caía por la espalda aunque ella insistía en colocarla a un lado de su pecho. Esmeralda había intentado cruzar sola hacia Nogales, Arizona, con una credencial falsa que dice que se encontró en la central camionera de Nogales, Sonora. Ella iba a encontrarse con su esposo de 21 años de edad, quien tenía cuatro meses trabajando en Phoenix. El intento no funcionó. El agente fronterizo la llevó a una de las oficinas al ver que la credencial no concordaba con su descripción física, “y eso que me solté el pelo”, dice Esmeralda, “y me lo alboroté un poco para parecerme a la muchacha de la foto, pero ni al caso”. En la oficina, la agente la revisó de pies a cabeza. Esmeralda comenta: “Yo creo que era lesbiana, porque me metió mano entre mis piernas y por atrás y me tuve que levantar la blusa”. El aspecto de Esmeralda levantó muchos comentarios en el albergue entre los jóvenes. “Parece payaso con tanto maquillaje”, decían unos. “Imagínate que hubiera caminado: no llega, la violan así”, otros. Para Esmeralda todos eran una bola de nacos y lo único que quería era irse. “Yo soy diferente, yo no pertenezco a este lugar, me muero por irme.” La heterogeneidad del actor migrante es una de las variables más notorias en las nuevas tendencias de la migración internacional en México. En los últimos meses, las estadísticas muestran que ha aumentado el número de jóvenes migrantes de 14 a 17 años de edad. Muchos de ellos son padres de familia o viven en unión libre o son responsables de la manutención económica de sus hogares. Ello perfila una generación joven de migrantes que está produciendo y reproduciendo el proceso migratorio en toda su extensión. Son muchas las preguntas que surgen, una de ellas es, y ahí la dejo: ¿cuáles son las alternativas de empleo y educación que el gobierno mexicano tiene o puede o debería implementar para estos jóvenes? ¿Se nos está yendo el México joven? Profesora investigadora de El Colegio de Sonora * Por respeto a su privacidad, se usan nombres ficticios.

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbano y Ambientales de El Colegio de Sonora

Andamos en las mismas…

Expreso
Fuera de Ruta
06 de enero de 2007

Gloria Ciria Valdéz Gardea*

Durante nuestras visitas a las comunidades fronterizas de Sonora nos hemos percatado de que los migrantes están unidos por fuertes lazos de necesidad temporal y por la intensidad de sus experiencias compartidas. Algunas de estas experiencias son las que me gustaría relatarles hoy. En un viaje a Altar tuvimos la oportunidad de platicar con tres personas, las cuales estaban sentadas en una banca de la plaza de la comunidad. José y Luis, de 29 y 24 años, eran originarios del estado de Campeche, y Manuel, de 42, de León Guanajuato. Después de estacionar el carro caminamos hacia la plaza y pasamos a escasos centímetros de ellos. Buenos días, dijeron; bueno, casi buenas tardes, dije, pues son 10 para las 12. ¡Ah!, si es cierto, comentaron los muchachos sonriendo; uno de ellos le echó un vistazo a su reloj.Había poca actividad en la plaza a esa hora del día, los muchachos estaban ahí sentados como otros más, esperando, matando el tiempo, con rostros cansados y el desaliento en los ojos, un tanto aburridos. La conversación surgió de manera casual. ¿Qué andan haciendo?, les preguntamos.-Aquí nomás, esperando, es que mi cuate anda enfermo -dijo Manuel, dirigiendo su mirada hacia José-. Anoche casi no pudo dormir, se puso muy malo, es que llegó ya malo, pues la refrigeración del camión la ponen muy fuerte. Manuel había arribado a Altar el sábado por la mañana. José y Luis tenían 15 días en Altar y dos intentos fallidos de cruce hacia el país vecino por El Sásabe. Se conocieron en la casa de asistencia en la que estaban hospedados. A escasos dos días de haberse conocido, Manuel ya sabía todo de José y Luis. Estaba notoriamente conmovido por la enfermedad de José, quien compartía con él la nostalgia por los hijos, la esposa y los padres, “y fíjese que él tiene una niña de 20 días de nacida”, decía Manuel con admiración, pero por eso estamos aquí, para sacar a los hijos adelante. -La noche del domingo, cuando José se puso tan malo -comenta Manuel- fui a comprar penicilina 800, una jeringa y alcohol en la farmacia y lo inyecté. La mano de Dios me ayudó, yo había visto cómo se hace: primero se le saca el aire a la jeringa golpeándose así con el dedo -señalaba-, después se le pone alcohol en donde se va a inyectar, y luego se le da como una pequeña nalgada y se inyecta. Antes de hacerlo me lavé las manos con alcohol -dijo sonriendo, mientras José comentaba que se sentía mejor. Esa mañana Manuel lo acompañó a la clínica móvil de la Cruz Roja, en donde le dieron pastillas para la infección de garganta. -Es que no se puede ir así -decía Manuel-, es muy peligroso, tiene que estar sano para intentar cruzar de nuevo, si no, no va aguantar, se va a quedar tirado por ahí. Cómo no los voy a ayudar, si andamos en las mismas. Yo me siento un poco responsable, pues soy más grande; ellos son muy jóvenes, andan solos, igual que yo, andamos en las mismas -reiteraba Manuel.Y allí los dejé sentados en la banca de la plaza, esperando el momento oportuno para cruzar.

*Profesora e investigadoradel Programa Estudios Urbanos y Ambientalesde El Colegio de Sonora

Foro Niñez Migrante

Fuera de ruta
2 de diciembre 06

Gloria Ciria Valdez Gardea*

El pasado martes 28 de noviembre se realizó el Foro Niñez Migrante en las instalaciones de El Colegio de Sonora. El objetivo fundamental del mismo fue iniciar la visibilización de la problemática de menores migrantes, quienes permanecen olvidados por las políticas de desarrollo, las migratorias y el mundo académico. Este foro es una actividad previa al Encuentro Internacional de Migración y Niñez Migrante, a realizarse en mayo 24 y 25 de 2007 en Hermosillo. A este evento asistió la directora de la asociación Sin Fronteras, Fabianne Venet. Esta institución, con sede en la Ciudad de México, trabaja desde hace 10 años con menores migrantes centroamericanos. Era crucial para este foro contar con la visión de lo que acontece en la frontera sur y los menores migrantes centroamericanos para poder entender el contexto social, económico y cultural de la situación de nuestros menores por la frontera norte. También asistimos a este importante evento Olimpia Salazar, quien coordina el programa Camino a Casa para menores repatriados por Sonora, y su servidora, coordinadora del proyecto de investigación sobre menores migrantes por las comunidades fronterizas de Sonora. La situación de pobreza que experimentan los menores migrantes centroamericanos y mexicanos fue uno de los puntos en común, que explican la migración de menores. La falta de requerimientos esenciales de subsistencia, vivienda digna, de una nutrición balanceada y oportunidades de desarrollo, que padecen los menores en estos países, son algunos de los motivos, importantes todos, para migrar con intenciones de llegar a la frontera norte. La búsqueda de la reunificación familiar y mejores opciones educativas y laborales es un punto clave para la migración de menores. En este foro uno de los puntos de coincidencia más reveladores entre los menores migrantes centroamericanos y mexicanos fue la presencia de menores migrantes padres de familia, casados o en unión libre, así como menores que a sus 16 o 17 años son responsables de la manutención de hermanos menores o de sus abuelos o de uno de los padres. Esta responsabilidad los obliga a buscar mejores ingresos, poniendo en riesgo su integridad física y moral al cruzar la frontera. En el caso de los menores centroamericanos el riego es mucho mayor, debido al maltrato, abusos y violaciones que sufren por parte de las autoridades migratorias mexicanas en la frontera sur. El maltrato que reciben en los hogares, la persecución por parte del gobierno hacia los jóvenes en el caso de los Maras, la discriminación y abusos sexuales en sus hogares fueron otros puntos importantes que explican el proceso migratorio de estos jóvenes. Los participantes de este foro insistieron en la necesidad de ampliar la visibilización de la problemática de los menores migrantes y contribuir arduamente a la creación de políticas públicas, en aras de mejorar la situación de los menores. La inclusión de una perspectiva de género en los estudios, políticas de desarrollo y migratorias es fundamental. Por último, se realizó un llamado para evitar las políticas represoras y la criminalización hacia el menor migrante.

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbano y Ambientales de El Colegio de Sonora

Menores migrantes: de la invisibilidad académica a la visibilidad numérica

FUERA DE RUTA
11 NOV 06

Gloria Ciria Valdéz Gardea*

Las cifras de menores repatriados en el mes de octubre del programa estatal de atención a menores migrantes Camino a Casa muestra la visibilidad en aumento del grupo más vulnerable del fenómeno migratorio: niños y adolescentes. En el mes de octubre el programa Camino a Casa recibió un total de 385 menores migrantes, 324 varones y 61 niñas. El programa de atención al menor migrante se realiza en las comunidades de Agua Prieta, con un total de 51 menores recibidos en el mes de octubre; en San Luis Río Colorado, con 70 menores; y en Nogales, con 264. La mayoría de estos niños son de 14, 15,16 y 17 años de edad. Los principales estados expulsores en el mes de octubre son: Chiapas, con 38 menores; Puebla, con 36; Veracruz, con 34; Guerrero, con 34; Estado de México, con 33; Oaxaca, con 31; Michoacán, con 28; Sinaloa, con 16; Jalisco, con 14; y el Distrito Federal, con 12. Se recibieron también 12 menores procedentes del vecino país de Guatemala. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, los estudios sobre migración, especialmente sobre migración internacional, han olvidado incluir como eje de investigación a la migración infantil, siendo esta un componente importante dentro de las nuevas tendencias migratorias en México. La migración infantil funda sus antecedentes en la migración familiar, es decir, los menores acompañan a sus padres en la travesía hacia Estados Unidos o son mandados traer desde ese país por los padres ya establecidos, quienes en muchas ocasiones tienen años sin ver a sus hijos, con el objetivo principal de la reunificación familiar. Sin embargo, las entrevistas realizadas con menores migrantes en Altar y Nogales han reflejado cómo el análisis de la migración de menores, especialmente el del adolescente, debe moverse a uno más dinámico, que muestre la complejidad del fenómeno y que deje de ver al menor migrante sólo como un “acompañante”, sino como un actor con agencia propia. Es decir, el menor adolescente empieza a abrirse campo por sí mismo dentro del proceso migratorio ya no es sólo un acompañante familiar, sino que cada vez se observa más al joven migrante viajando con amigos de la misma edad, en grupo, o solo. Las razones son varias, pero todas ellas se enmarcan en la ausencia de opciones económicas, sociales y culturales para el menor y sus familias. Tenemos a menores migrantes adolescentes que ya son padres o madres de familia, o que viven en unión libre y que pese a su corta edad ya tienen la responsabilidad del cuidado de la familia, siendo estas sus razones principales para migrar. También hablamos con menores que viven con un solo padre de familia en la casa de abuelos y que perciben la necesidad de contribuir o ser el principal sustento económico de la familia. Otros menores han comentado sus deseos de continuar estudiando en Estados Unidos, de conocer lugares nuevos y experimentar diferentes modos de vida, especialmente cuando a través de conversaciones en la escuela, la tienda, el hogar, las fi estas, etc., se socializa la experiencia migratoria de un familiar, vecino o amigo en sus comunidades de origen. El endurecimiento de las leyes antiemigrantes, el desorden en la infraestructura de servicios para el migrante (vans, polleros, guías, casas de huéspedes, taxis, etc.) que se observan en las comunidades de tránsito, como Altar y El Sásabe, y que nadie controla y gobierna, y la ausencia de una ley migratoria en México, entre otros, han originado que el menor migrante sea el actor más vulnerable del proceso migratorio.

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbano y Ambientales de El Colegio de Sonora

Si lo único que tengo es tiempo…

EXPRESO
FUERA DE RUTA
14 OCT 2006

Travesías Fragmentadas


Gloria Ciria Valdez Gardea*

Una de las características importantes del fenómeno migratorio en nuestro país es que este no solo impacta social, cultural y económicamente a las personas que migran, sino también a las familias que se quedan, a los que no migran, a las comunidades receptoras, a las comunidades expulsoras y a las comunidades en tránsito. Hoy me gustaría hablarles de aquellos sitios que el migrante va haciendo suyos en las comunidades en tránsito los cuales funcionan como espacios de convivencia, de interacción y de espera. Estos lugares de encuentro son espacios de sociabilidad e identificación entre los migrantes, en donde ellos pueden establecer lazos de solidaridad al compartir algo en común: ser migrantes. La semana pasada, realizamos un recorrido por la colonia conocida como La Metalera, ubicada tras la estación de Ferrocarriles Mexicanos y Petróleos Mexicanos, cerca de la salida norte de Hermosillo. Nos habían informado que esa área se ha convertido en un sitio de encuentro para los migrantes conocidos como “Los Trampas”, pues según comentaron algunos trabajadores del ferrocarril, “hacen trampa al subirse al tren carguero sin pagar”. Es en esta área los migrantes esperan la salida del tren carguero rumbo a Nogales. Algunos esperan bajo el puente de concreto, otros en la caseta de vigilancia. También hay quienes se esconden dentro de los vagones. Es usual que con cintos o mecates, se amarren de sus cinturas a las estructuras metálicas, que unen los vagones. Eso lo hacen debido a que sus cuerpos pueden entumir y peligran de caer al quedarse dormidos. La Metalera es también testigo de la llegada de migrantes en el tren que viene de Nogales. Algunos negocios informales han sido creados para proveer servicios a esta población en tránsito como pequeñas taquerías, changarros, incluso casas de huéspedes, Al llegar entramos por la calle Salamanca, en la que se ubica la puerta sur de la estación ferrocarrilera. Mientras recorríamos la calle observamos varias personas: recostadas sobre cobijas, a la sombra de los árboles unas, otras comían en una taquería y otras más caminaban por la calle con sus mochilas sobre sus espaldas. Se les notaba el cansancio en el rostro. Nos acercamos a dos personas que sentadas en la banqueta, se apoyaban en la pared -al parecer semidormidas-, con sus pequeñas mochilas colocadas como almohadas, usaban sus gorras para proteger el rostro de los rayos del sol. Al oír nuestros pasos se incorporaron un poco y amablemente aceptaron conversar con nosotros. “Si lo único que tenemos es tiempo” comentaron Luis, de 25 anos de edad, estatura alta y complexión delgada originario del estado de Puebla tenía un día de haber llegado a Hermosillo y Pablo, de 47 anos de edad, originario del estado de Veracruz tenía más de una semana en Hermosillo. Las historias de Pablo y Luis representan las vicisitudes por las que atraviesan los migrantes en el proceso migratorio. Estas historias encuentran su sitio y se cruzan en La Metalera donde irónicamente se funden. Pablo quien se dirigía hacia la ciudad fronteriza de Nogales, había llegado a Hermosillo de raites y Luis, quien había sido deportado recientemente por Nogales, apenas le había alcanzado el dinero para llegar a esta ciudad con rumbo a Veracruz, donde está su casa. Uno viajaba hacia el norte, buscando la manera de mejorar la situación económica de la familia y otro se regresaba del norte con la frustración marcada en el rostro, y Hermosillo testigo de la espera de estos viajeros.

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbano y Ambientales de El Colegio de Sonora

Actores de la globalización

EXPRESO
FUERA DE RUTA
16 SEP 06

Gloria Ciria Valdéz Gardea*


La mayoría de los estudios migratorios han privilegiado históricamente el rol económico y social del actor migrante varón. Recientemente, los estudios sobre las contribuciones de la mujer migrante con agencia propia han ido en aumento, se le ha dado voz a este actor que permanecía invisible y poco documentado por los estudiosos, aunque siempre ha sido un activo participante del proceso migratorio. Sin embargo, un actor que sigue siendo excluido en los estudios sobre migración y en las políticas de desarrollo es el menor migrante (entendiéndose por ello a toda persona menor de dieciocho años de edad). Los menores migrantes es el grupo más vulnerable en el proceso migratorio. Este grupo sufre los efectos de la falta de una política migratoria y de gobiernos ya que no han podido asegurar por una parte, el acceso a los derechos básicos de los menores, y por la otra, su protección integral. Son varias las causas de la migración de menores, entre ellas la búsqueda de oportunidades laborales, la necesidad de contribuir al ingreso familiar, las oportunidades de estudio, la reunificación familiar ya sea por cuenta propia o porque son mandados a traer por los padres; violencia doméstica o sexual, discriminación, y violencia del estado, esto es en el caso de los menores centroamericanos que son perseguidos (como el grupo las “Maras”). De acuerdo a los datos proporcionados por el DIF, en el 2005 se registraron 44,727 repatriaciones de menores a nivel nacional de los cuales 15,469 fueron menores repatriados por el estado de Sonora, siendo 6,603 los que llegaron sin la compañía de sus padres o de algún familiar. En el primer semestre del 2006 (enero-julio) tenemos a 26,185 menores repatriados en México. De los cuales 11,739 fueron repatriados por nuestra entidad: un total de 5,385 menores llegaron sin acompañamiento de algún familiar; 1,370 fueron repatriados por San Luis Río Colorado, 3,679 por Nogales y 336 por Agua Prieta. Son precisamente los menores migrantes que viajan sin acompañamiento de algún familiar los que están en mayor riesgo ya que pueden sufrir explotación laboral, abusos, sometimiento a la trata y muerte. Ante la ausencia de datos sistemáticos de corte cuantitativo y cualitativo sobre la migración de menores es necesario abrir la discusión de esta problemática en el ámbito académico y social en donde podamos compartir experiencias de corte metodológico y teórico para el abordaje del fenómeno.

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbano y Ambientales de El Colegio de Sonora

El desierto y sus trastornos

EXPRESO
FUERA DE RUTA
12 AGOSTO 06

Gloria Ciria Valdez Gardea*

Una de las narrativas que más nos ha impactado en nuestro recorrido por los albergues localizados en las áreas fronterizas de Agua Prieta, Nogales y el corredor Altar-El Sásabe, ha sido la relacionada con los impactos emocionales de hombres y mujeres migrantes, jóvenes o de edad madura, ocasionados por la experiencia de cruce hacia los Estados Unidos. Estamos hablando de paisanos que son agarrados por la patrulla fronteriza para posteriormente ser repatriados, paisanos que intentaron cruzar y se tuvieron que regresar, paisanos que se perdieron o fueron abandonados en el desierto, auxiliados y traídos de nueva cuenta a la frontera. Hoy hablaremos un poco sobre los trastornos emocionales que cientos de paisanos viven y que son poco documentados o difundidos. Podemos decir que la incertidumbre y la ansiedad se agudizan desde el momento en el que el paisano se despide de su familia y empieza su recorrido hacia el norte desde su lugar de origen. Muchos de ellos cambian de camión varias veces, las mismas que son entrevistados y oscultados en los retenes y el aeropuerto de Hermosillo, requeridos a presentar documentación que demuestre su identidad mexicana cuando esta es dudosa o el paisano no trae papeles, no se les permite continuar su travesía y son detenidos por horas o días. A esto se le agrega que muchos de ellos no traen suficiente dinero y comen cualquier cosa durante el trayecto, que puede durar de 30 a 48 horas en camiones de segunda con aire acondicionado o calefacción deficiente, o en su caso, ninguno de estos servicios. No es de sorprender entonces que al llegar a algunas de las áreas fronterizas de Sonora, las cuales se han convertido en las principales antesalas para la migración internacional, muchos de los paisanos estén cansados, débiles, con trastornos gastrointestinales, como colitis y estreñimiento que se pueden agravar por el cambio de la dieta alimenticia que se consume en esta región, al igual que por las temperaturas extremas del desierto sonorense. Al contexto anterior se le añade el impacto de la llegada a las ciudades fronterizas. Algunos migrantes jóvenes nos comentaron el miedo que les causó el jaloneo que vivieron al momento de bajarse del camión en Altar. El jaloneo es ocasionado por las personas que ofrecen sus servicios de cruce o de los contactos previamente informados de la llegada del paisano, que busca identificarlo. En las comunidades fronterizas de Sonora el paisano puede esperar horas, días o semanas en espera de cruzar. Mientras tanto, su alimentación es deficiente. Muchos de ellos, especialmente los que llegan sin ningún contacto para su cruce, duermen a la intemperie, hasta que alguien les comenta de la existencia de los albergues. Muchos paisanos comentaron que no se van a los albergues porque el contacto les dice que eso dificulta más la organización del cruce, así que tienen que esperar en otra parte, como en las plazas, deportivos, o deambular en el centro. Hay paisanos que cuentan con recursos y en compañía de otros rentan un cuarto en una casa de asistencia u hotel. Todo este contexto es lo que el paisano lleva al momento de iniciar el cruce que implica caminatas intensas, poca agua y alimento, la picazón de insectos, las altas temperaturas, robos, maltrato y en ocasiones abusos sexuales. En muchas ocasiones al ser descubiertos por la patrulla fronteriza corren y se caen, sufriendo heridas leves; también son empujados, esposados, agredidos verbalmente por la patrulla fronteriza. Son trasladados a un centro de detención que, según las versiones de migrantes repatriados que entrevistamos, se asemeja a una cárcel, pues no cuenta con ventanas, no pueden ver el exterior y se pierde la noción del tiempo y el espacio. Se les da de comer un jugo, un paquetito de galletas y un sobre con frijoles disecados. En espera del trámite de repatriación hacia México. Con todas estas experiencias no es de sorprender el que algunos de estos paisanos sufran de trastornos emocionales. Por ejemplo, en Nogales tuvimos la oportunidad de hablar con la señora Hilda Loreiro corresponsable del albergue Juan Bosco, fundado en 1982 y que tiene como objetivo fundamental el apoyar a los migrantes en tránsito por esta ciudad fronteriza. Comenta la experiencia de tres hermanos que cruzaron por Altar y de los cuales uno de ellos fracasó en su intento, se perdió y fue auxiliado y regresado a Nogales: “El muchacho llegó al albergue tranquilo, cenó y se acostó, y como a la hora empezó a reaccionar, pero gritaba horriblemente, se oían para todos lados los gritos, que venían los helicópteros, que ya les traían agua, que los iban a salvar y hablaba como en clave, y gritaba, pero mucho. Despertó y quería golpear a todo mundo. No lo podíamos hacer callar, sino que rápido le hablamos a la policía, pero ni con la policía … Entonces lo llevaron al hospital. Parece ser que le pusieron un calmante y se calmó un poco, pero le empezó a pasar el efecto y comenzó a reaccionar, y es que todo eso lo que vivió en el desierto creo estaba un poco mal”. Hay muchas más de estas historias que iré compartiendo en otros momentos. Cabe decir que el proceso migratorio que experiencian los paisanos conlleva una serie de situaciones que necesitan ser analizadas y tomadas en cuenta para el diseño de políticas públicas de apoyo al migrante; que vayan más allá de lo que hasta hoy tenemos.

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbano y Ambientales de El Colegio de Sonora

El migrante Jesús en la plaza de Altar

EXPRESO
FUERA DE RUTA
1 JULIO 2006

Gloria Ciria Valdez Gardea*

Nuestro reciente viaje por comunidades fronterizas de Sonora concluyó en Altar, antigua región minera y ganadera, con una población de aproximadamente 16,000 habitantes. Aunque Altar no es frontera física inmediata, pues se encuentra a una hora y cuarenta minutos de El Sásabe Sonora, frontera con Sásabe Arizona, desde 1994 esta comunidad se ha convertido en la antesala de espera más importante para la migración internacional. El hecho de que el flujo migratorio haya volteado su mirada hacia Altar no es fortuito, las políticas antimigratorias de Estados Unidos se han concretizado entre otras cosas, con el aumento de la vigilancia en las zonas tradicionales de cruce desviando al paisano a buscar otras áreas de cruce aún siendo estas más peligrosas por las altas temperaturas como las que se experimentan en el corredor Altar-El Sásabe. En Altar tuvimos la oportunidad de platicar con el señor Francisco García encargado del Centro Comunitario de Atención al Migrante y Necesitado, CCAMYN, quien remembró como en la década de los noventas las calles de Altar eran testigo de la llegada de migrantes deseosos de alcanzar el sueño americano. Con los años Altar pasó a ser de un pueblo minero tranquilo a un pueblo que se dedicaba a proveer servicios a esas personas que iban llegando día a día. De esta manera la presencia del migrante iba creciendo a la par que los comercios y servicios en la comunidad sin planeación adecuada y con servicios muy deficientes. El señor García comenta que el año 2000 marcó la presencia de hasta 2,200 migrantes al día en Altar. Para ese entonces las casas de huéspedes ya no eran suficientes y los migrantes se concentraban en la plaza del pueblo haciendo de ella el lugar de concentración y convivencia de los paisanos. Es en la plaza en donde los migrantes, hombres mujeres y niños, realizan sus transacciones y contactos, es en la plaza donde uno observa migrantes sentados con sus galones de agua, o comiendo en la taquería de a lado, es en la plaza en donde encuentra a un paisano hablando por un teléfono público a su esposa avisando que ya llegó. Fue alrededor de la plaza de Altar en donde comerciantes locales y foráneos colocaron sus changarros. Ahí el migrante puede encontrar los artículos necesarios para emprender su viaje como gorras, guantes, linternas, zapatos, mochilas, lentes, etc., etc. La plaza, dice el señor García que se convirtió en el lugar de reunión de los migrantes recién llegados a la comunidad. Sin embargo, la plaza no tenía baños ni sombras para que los paisanos se refugiaran del calor. Las quejas ante la apropiación de la plaza por los migrantes no se hicieron esperar. Comenta el señor García que los alteños empezaron a quejarse de que los migrantes se estaban robando su plaza ante esta creciente rivalidad, el padre René Castañeda busca responder a esa realidad y empieza a hablar en misa de la presencia del migrante Jesús en la plaza. El objetivo era de acercar a la gente local con los migrantes y un día, el 7 de mayo del año 2000 inicia los gestos de apoyo de familias Alteñas hacia los migrantes y nace la idea de crear un espacio para el migrante. Para el año 2001 se abren las puertas del CCAMYN cuyo objetivo es llegar a ser un oasis en medio del desierto de Altar.

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbanos y Ambientales de El Colegio de Sonora

Los Sorprendidos

CAMBIO SONORA
TRAVESÍAS FRAGMENTADAS
02 de julio de 2005

Gloria Ciria Valdéz Gardea*

“Así como nos sorprendieron el primero de enero de 1994, los zapatistas nos sorprenderán otra vez con su nueva iniciativa”, manifestó recientemente el académico y escritor Carlos Aguirre Rojas sobre las declaraciones que realizara hace algunos días el EZLN de que había “llegado el momento de construir lo que faltaba”. Quizás los más sorprendidos de aquel primero de enero de 1994, como lo señala Aguirre Rojas, fueron precisamente los científicos sociales que todavía creían que el mundo se movía en una sola dirección y que le sacaban la vuelta al a pregunta: ¿son correctos los métodos de organización del pensamiento en antropología para estudiar lo que acontece en la llamada área rural Mexicana? Definitivamente el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN, en 1994, dio respuesta a esta pregunta presentando a través de su movimiento armado un rechazo a las viejas dicotomías que los científicos sociales todavía veníamos arrastrando y que permeaban nuestros trabajos de investigación. Públicamente los zapatistas cuestionaron las viejas dicotomías de Rural vs. Urbano que históricamente habían construido las identidades y sus consecuencias materiales hacía la gente descritas en estos sistemas de significados. El EZLN hizo explicito su rechazo ha esta vieja dicotomía declarando en 1994: “La designación formal del espacio ya sea urbano o rural es mejor dicho un ejercicio sofisticado de poder, pero cuando es dicho con la torpeza del señor González Garrido ello alcanza un nivel exquisito de estupidez”. Cómo no se iban a sorprender los científicos sociales, mexicanos e internacionales, ante la revolución chiapaneca si nosotros mismos habíamos colaborado en construir un discurso de un México rural estable, bien definido cuyas identidades eran incapaces de irrumpir en una revolución social. La revolución chiapaneca tomó por sorpresa a los científicos sociales quienes se preguntaron: ¿cómo es posible que integrantes de este aislado estado estuvieran encabezando esta revolución? ¿Cómo es posible que el estado más pobre de la periferia de México estuviera lidereando esta rebelión? El sentimiento de sorpresa que expresaron colegas en 1994 fue debido a que muchos no compartían la noción de que el mundo estaba cambiando y también al desconocimiento y/o indiferencia, de las estrategias creativas que integrantes del área rural mexicana estaban creando para contrarrestar la historia de marginación, pobreza, y humillación que había entrado en su máxima expresión con las políticas neoliberales encabezadas por el innombrable las cuales, con los cambios en el Artículo 27 de la Constitución Mexicana, había dado por terminada la reforma agraria enviando con esto un último mensaje a los campesinos de: “no me importas”. Creo que las acciones que determine emprender el EZLN en los próximos días en vez de causar sorpresa deben hacernos reflexionar sobre la necesidad de construir lo que falta en nuestro México en donde la participación de todos será fundamental.

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbano y Ambientales de El Colegio de Sonora

Sonora Moderna y Sus Retos

CAMBIO SONORA
TRAVESÍAS FRAGMENTADAS
25 junio de 2005

Gloria Ciria Valdéz Gardea*

Nuestra ciudad con alrededor de 200 años de existencia y casi 700 mil habitantes asentados en una región semidesértica, es hoy una región que enfrenta diversos retos ambientales, de infraestructura y de servicios como consecuencia del crecimiento poblacional y físico. En lo que respecta a los retos infraestructurales, éstos fueron más evidentes en el periodo vacacional navideño con las aglomeraciones peatonales en el centro de la ciudad, las largas filas de vehículos buscando estacionamiento en los centros comerciales de Hermosillo, y los congestionamientos de tráfico en las avenidas y bulevares principales de la ciudad. Sin embargo, la muestra más contundente de la necesidad de reestructurar y modernizar el sistema vial de Hermosillo fue sin duda el caos ocasionado por el tránsito de vehículos de cientos y cientos de connacionales provenientes de Estados Unidos, principalmente de los estados de Arizona, California, Texas, Nuevo México y Nevada. Las recientes lluvias agudizaron aún más el deficiente sistema vial de la ciudad, y si a esto se le suman los baches y hoyos en nuestras calles no es de sorprenderse entonces el ausentismo de estudiantes en 4 mil escuelas de educación básica del estado. Nuestra entidad se ha caracterizado en los últimos años por un alto crecimiento industrial y en el área de servicios que nos remiten a reflexionar sobre los desafíos ambientales, infraestructurales y de seguridad pública que conlleva este desarrollo industrial. Proyectos de inversión como la nueva planta regasificadora de Sonora Pacific México en Puerto Libertad, con una inversión de 1,500 millones de dólares, la cual abastecerá a los estados de Sinaloa, Sonora, Arizona y California, las construcciones de dos termoeléctricas con una inversión de 321 millones de dólares, y la ampliación de la planta automotriz FORD en Hermosillo, ésta última con una inversión de 2,800 millones de dólares y una generación de 35 mil empleos, implican un crecimiento poblacional que, como otras experiencias han mostrado, conllevará al aumento de flujos migratorios procedentes de otras partes del país. Por lo anterior se puede pronosticar el aumento en la demanda de los servicios básicos, en los servicios de salud, educación, vivienda, pavimentación, aumento en la demanda laboral, en la inseguridad pública y en los retos ambientales relacionados con los recursos agua, aire y suelo. La necesidad de vivienda por ejemplo, ha propiciado el aumento de asentamientos irregulares en la ciudad, con familias que habitan en condiciones precarias, con carencia o insuficiencia de servicios básicos. Sin duda alguna, el mayor costo que padecen estas familias que viven en estos asentamientos son los relacionados con la salud, y los menores de 5 años son los más afectados por las contrastantes altas y bajas temperaturas de esta región desértica. Por ejemplo, la Secretaráa de Salud Pública (SSP) reportó 293 muertes por neumonía en menores de 5 años de edad en el 2004. Lo anterior supera la cifra en un 22% con respecto al 2003. Ante este panorama, algunas preguntas que saltan al aire son: ¿Está nuestro estado listo para enfrentar estos retos?, ¿cuenta el gobierno local o estatal con un instrumento para dar seguimiento a la evolución de fenómenos, especialmente los relacionados con el crecimiento dinámico de la región y la pobreza humana? Considero que es imperante la necesidad de desarrollar un mecanismo para monitorear y evaluar las condiciones urbanas de nuestro estado que apoye la instrumentación y evaluación de las políticas públicas y la medición real de sus impactos en la zona urbana de Hermosillo.

*Profesora-investigadora del Programa de Estudios Urbanos y Ambientales de El Colegio de Sonora

MINUTA VI SPNM 03/03/08

MINUTA SEMINARIO PERMANENTE NIÑEZ MIGRANTE VI
“Menores repatriados y participación comunitaria, una mirada binacional”
Miércoles 3 de junio de 2008

10: 00 Bienvenida
Dr. Álvaro Bracamontes Sierra
Director del Centro de Estudios de América del Norte (CEAN).
El Colegio de Sonora

10:15-10:45 Lic. Olimpia Salazar
Coordinadora del Programa de Repatriación de Menores “Camino a Casa” (DIF-Sonora). “Menores Repatriados en el 2008”


OLIMPIA SALAZAR
En el 2007, se repatriaron a nivel nacional a 35,546 niños, niñas y adolescentes menores de 18 años a través de los cinco estados fronterizos. Coahuila con 1,296, Tamaulipas con 3,992, Sonora con 11,739, Chihuahua con 6,105 y Baja California con 12, 412, según el Instituto Nacional de Migración.
Total de menores repatriados por Sonora No Acompañados atendidos por el Programa de Atención a Menores Migrantes “Camino a Casa”. San Luis Río Colorado 965, Nogales 5,605 y Agua Prieta con 848.

Módulos de Atención para menores repatriados: Contar con un espacio digno para la recepción de los menores, a fin de otorgarles una primera atención con calidez, brindando para ello alimento, aseo personal, servicio médico básico, apoyo psicológico y legal, además de ayudar a la localización de familiares, y apoyarlos para el traslado y reintegración en sus lugares de origen.

Causas de la migración de menores:
16% REUNIÓN FAMILIAR, con la cual no mantiene contacto en los últimos años.
70% BÚSQUEDA DE TRABAJO (principalmente en agricultura, albañilería, construcción).
3% ESTUDIOS (sobre todo para aprender a hablar el idioma inglés).
3% PASEO (conocer diferentes lugares, ir de compras).
8% PAREJA (Va siguiendo a la pareja para formar su hogar).
Programa Estatal para la Atención de Menores Migrantes: Vigilar el resguardo y restablecimiento físico del menor repatriado no acompañado en situación de riesgo que ingresa por los puertos fronterizos del Estado de Sonora, a fin de reintegrarlo con su familia y/o en su caso apoyarlo en su regreso al lugar de origen.
Riesgos a los que se exponen los Menores en el cruce ilegal: Niños solos que arriesgan sus vidas para cruzar ilegalmente la frontera con Estados Unidos. Niños que cruzan el desierto expuestos a las altas o bajas temperaturas, sufriendo hipotermia o deshidratación.
Niños que están siendo arriesgados a ser víctimas de ladrones, violadores, al tráfico de órganos, al tráfico de personas, o a la explotación sexual y comercial.
De los 11,739 menores que fueron repatriados por Sonora, 7,418 niños, niñas y adolescentes fueron repatriados sin la compañía de sus padres o de algún familiar (menores no acompañados). El 87% de los menores son hombres y el 13% son mujeres.

Lengua indígena: El 7.5% de los menores atendidos por el Programa “camino a casa” habla una lengua indígena. Entre las principales lenguas se encuentran: Nahuatl, Mixteco, Otomí, Tzotzil, Zapoteco y otras como: Chatino, Chol, Maya, Purépecha, Tlapaneco, Trique y Tzeltal.

Nivel académico: El 35% de los menores estudian o estudiaron hasta nivel primaria, el 46% secundaria, 8% preparatoria, 0.5% preescolar, 3% no sabe leer ni escribir y 3% se distribuyen en educación especial, secundaria abierta, carrera técnica.

Diagrama de atención:
A) Ingreso de menores:
  1. El INM remite al menor al Módulo, donde es recibido por personal de DIF Sonora.
  2. El menor pasa a valoración social o trabajo social.
  3. Posteriormente es canalizado para su valoración Médica.
  4. Es valorado psicológicamente, de la misma forma recibe pláticas de desaliento de cruce ilegal (para evitar la reincidencia)

B) Durante este proceso se brindan alimentos, vestido y resguardo
C) Entrega del Menor

  1. El menor es atendido por el área legal para hacer entrega a la familia verificando su parentesco directo.
  2. Si no es posible localizar a la familia, el menor permanece bajo custodia de DIF Sonora.

10:45-11:00 Preguntas y Comentarios

  • Estados unidos no tiene un tratamiento específico para los menores de 12 años, no sabe qué hacer con ellos o cómo tratarlos.
  • Un repatriado es cuando una persona tiene 2 años viviendo en Estados Unidos y quiere regresarse a su país, de lo que ustedes hablan son de deportaciones, de personas que intentan cruzar la frontera y no lo logran, por lo que son deportados del país.
  • Sonora es el que tiene mejor programa y protección, pero no hay un recurso específico para ello.
  • Se repatriaba por Sonora porque sabían que era donde iban a ser mejor atendidos.



11:00-11:30 Ana Alicia Casas
Community Health Advisor, Border Action, Tucson, Arizona
“Abusos laborales hacia Migrantes”.


ANA ALICIA CASAS
Para lograr un sueño hay que pasar por todo, golpes físicos, psicológicos, abusos laborales… necesito trabajar para que eso no pase.
Border Action se formó en 1999 ya que el 99% de abusos son en Arizona y había que hacer algo para evitarlo.
La labor de ellos es ir a las comunidades, se presentan, piden permiso para pasar, y hacerles unas preguntas con respecto al abuso, pero la gente tiene mucho miedo para hablar, la comunidad está asustada.
En la actualidad Border Action ya tiene módulos en Douglas, Nogales y Tucson que se rigen por 12 servicios a ofrecer, entre los cuales se encuentra el ayudarles a obtener la residencia permanente en el país, proteger los derechos civiles así como laborales, la reunificación familiar, proporcionales educación, una vivienda digna, respetarles su igualdad y dignidad.
Su mayor logro es que obtengan una vida digna, feliz y saludable.
Se mantienen de fondos de otras organizaciones que los apoyan y que a su vez están en contacto con ellos para proporcionarles sus servicios y ayudarles en su labor.
Durante la presentación de Ana Alicia Casas, expresó su experiencia a su llegada a Estados Unidos, de los abusos laborales de la que fue víctima, por lo que decidió formar parte de esta organización, para que los demás no tengan que pasar por lo que ella pasó.
Así mismo narró casos de abusos que ha presenciado por parte de la Border Patrol a la integridad de los menores, por lo que dice ser “portadora de esperanza”.
Cerró su presentación leyendo una oración a favor de los migrantes y para protección de ellos.


11:30-11:45 Preguntas y comentarios


¿Tienen algún fin religioso? No para nada, cada quién puede profesar la religión que quiera, nosotros no nos metemos en eso.
Arnoldo Álvarez, Director de Atención a Población Vulnerable y Centros Asistenciales del Dif Sonora, ofreció a Ana Alicia Casas consultar la página de Camino a Casa y puso a su disposición los servicios de ellos para la localización de menores de edad, ya que considera les pudiera ser de utilidad para la tarea que lleva a cabo.


11:45-12:00 Conclusiones de la sesión.
Moderadora: Dra. Gloria Ciria Valdéz Gardea, El Colegio de Sonora.


Se anunció que en octubre, El Colegio de Sonora será sede de la Semana Nacional de Migración, por lo cual quedaron invitados los asistentes.

MINUTA V SPNM 27/05/08

MINUTA SEMINARIO PERMANENTE NIÑEZ MIGRANTE V
“Tráfico de menores, protección y medidas, una mirada binacional”
Miércoles 27 de mayo de 2008

10: 00 Bienvenida
Dr. Álvaro Bracamontes Sierra
Director del Centro de Estudios de América del Norte (CEAN).
El Colegio de Sonora

10:15-10:45 THOMAS “TJ” WASDEN, M.C
Department of Services and Family Protection in the State of Texas. “Procedimientos para la protección de menores migrantes en situación irregular en la ciudad de Austin, Texas”.

THOMAS WASDEN
Encargado de los procedimientos para la protección de menores migrantes en situación irregular en la ciudad de Austin, Texas, dicho servicio es responsable de los que no pueden protegerse a sí mismos.
Actualmente del departamento es uno de los más grandes del país porque tiene 4000 casos en Texas.
Formas de maltrato infantil: Abusos sexuales, abusos psicológicos, negligencias psicológicas, abusos físicos: los abusos físicos y sexuales incurren en un delito donde el departamento se encarga del caso dándole seguimiento. La supervisión de negligencias se trata de verificar que no los sometan a los niños en cualquier tipo de negligencia física, es decir, que el menor no tiene cubiertas sus necesidades básicas como: comida, vestimenta, entre otros.
En el estado de Texas no se castiga a las madres en el caso de abandono de un menor de edad, ya que el estado prefiere responsabilizarse de él y darle protección.
Cuando el estado de Texas remueve a un menor de edad de los padres, tiene 24 horas para presentar el caso ante un juez, para que éste tenga conocimiento de causa del porqué son separados de los padres, incluso, cuando se involucra a la corte, nunca se pregunta el estatus migratorio de la personas.
Una vez que el menor entra al departamento de protección se les brinda diversos servicios tales como: medicina, servicio dental, psicológicos, consejeros, educación, el niño tiene que ser educado aún cuando sea nivel universitario, ninguna escuela puede negarse a recibir y darle educación a los niños. Se determina el lugar donde va a estudiar, el domicilio no es un obstáculo para determinar el lugar donde va a estudiar. Tienen derecho a recibir dinero para seguir estudiando hasta donde ellos deseen, ya sea licenciatura, maestría o hasta donde ellos quieran prepararse.
Se les permiten las visitas de familiares y en el caso de que la tutela de los padres no sea apropiada para el menor, éste puede ser adoptado y el departamento de protección les ayuda con los trámites de los niños que han adoptado.

De igual manera se les brinda el servicio de reuniones en grupos de familias, para que hablen de su caso y se les pueda brindar la mejor solución. Cuando la situación de la familia es precaria y fue ésta la razón del abandono del menor, entonces el departamento de protección los provee de fondos para la familia, siempre con el objetivo de reintegrar al niño en su hogar. De la misma manera se les brinda el servicio de guardería, porque en el estado de Texas es donde más caro cuesta éste servicio.
tjwasden@gmail.com


10:45-11:00 Preguntas y Comentarios


¿Le toco ver que el inmigrante regresara a México?, ¿le tocaba repatriarlos en buen estado? En la mayoría de los estados fronterizos hay programas como los de ustedes, que no les interesa su estado migratorio, ¿ha visto muchos avances de interrelación de los países, una mejor visión de la gente hacía sus programas?
La sensibilización cultural que se me olvidó comentar en mi presentación y que es muy importante, en relación a las actividades que es ayudar y mejorar el estado del menor, en muchos de los casos los padres que no son los norteamericanos creían que era lo mejor para sus hijos, pero la idea era integrarlos nuevamente a su hogar. Y en cuanto a la percepción de los norteamericanos, es básicamente un reflejo de aquellos que los apoyan y aquellos que no los apoyan.

Respecto a los candados que hay para la adopción. ¿Los inmigrantes tienen la capacidad para adoptar?, ¿qué capacidad tienen para adaptarlos sean o no parientes del menor?, ¿cuáles serían las edades de los adoptados y de los adoptantes?
En cuanto a las edades, las parejas en su mayoría quieren bebes, se hicieron diferentes estudios para saber el porqué y es básicamente porque los padres quieren que sean pequeños para educarlos, y no tener un fracaso como padres, ya que como el menor viene de un abandono es porque no vienen bien en general y prefieren ser ellos quienes los eduquen. Por otro lado, es un requisito ser residente legal porque hay que llenar documentos, y hay que presentar documentos legales como identificaciones, no por ser racistas o discriminativos, sino porque hay que seguir unos lineamientos. Lo que sí se puede hacer no es precisamente la adopción sino una “custodia con parientes”, para ello de hacen unos estudios, y si cumplen con todos los requisitos, entonces se coloca al menor en custodia permanente con algún familiar sin investigar su condición migratoria. Se deja al menor con ellos por un tiempo para verificar que funcionan bien juntos, en caso de ser así se les deja la custodia, de lo contrario se remueve nuevamente al menor al departamento de protección. Para el caso de los niños que alcancen los 18 años de edad, el estado de Texas le da la ciudadanía, en caso de que ellos la quieran, se les pregunta qué es lo que ellos quieren ser.

¿Cuánto es lo que invierte el departamento, en todos estos servicios?
Los fondos vienen de los impuestos del estado, para atender a personas de la tercera edad, menores de edad, y personas con discapacidades diferentes. Hoy es una agencia de las más grandes de Texas, donde no se hacia lo suficiente porque no se tenía los suficiente.




11:00-11:30 M.C. Juan Miguel Espinoza Cid, Universidad de Sonora
“Tráfico de menores, supervivencia y medidas de protección.”

JUAN MIGUEL ESPINOZA CID
El tráfico es un problema global, es la tercera más grande y de mayor crecimiento de las industrias criminales en el mundo, victimizando millones de personas y obteniendo miles de millones en ganancias desde los países receptores y transmisores.
Convención de las Naciones Unidas Contra el Crimen Organizado Transnacional, Protocolo Supletorio para Prevenir, Suprimir y Castigar el Trafico de Personas, Especialmente Niños y Mujeres: “reclutamiento, transportación, transferencia, ocultamiento o recepción de personas, mediante la amenaza o el uso de la fuerza u otras formas de coerción, secuestro, fraude, engaño, abuso de poder o de una posición de vulnerabilidad o de dar o recibir pagos o beneficios para lograr el consentimiento de una personas, teniendo control sobre otra persona, con el propósito de explotarla. La explotación incluirá como mínimo, la explotación para la prostitución de otros, u otras formas de explotación sexual, labor forzada, esclavitud o prácticas similares, servidumbre o la remoción de órganos.

PROTOCOLO SUPLETORIO: El reclutamiento, transporte, transferencia, ocultamiento o recepción de un niño con el propósito de explotación será considerado “tráfico de personas.

FACTORES QUE FACILITAN EL TRÁFICO DE MENORES:
Factores de empuje--> existen países que las condiciones de emergencia, provocan que las condiciones no sean las más aptas para que las personas vivan ahí y los empujan a alejarse de sus lugares de origen.
Factores de atracción--> La necesidad de tener una vida mejor.

TRÁFICO DE INDOCUMENTADOS EN MEXICO:
Ley de emigración 1926--> prohibidos los enganchadores, y las penas eran de 1 ó 2 años solamente
Ley de migración 1930--> se les va a aplicar únicamente una multa--> Un retroceso
Ley general de población 1936
Ley general de población 1947--> puedes levar personas de un lugar a otro siempre y cuando tengas un permiso
Ley general de población 1974-1976--> concepto de la protección de la seguridad humana, y de las personas, salvaguardar a las personas que necesitan una defensa.

Problemas en el combate y la prevención--> lenguaje, expresión.
Discordancia en el discurso de migrante ilegal, mojado, entre otros cuando cruza a Estados unidos y cambia al bienvenido paisano, cuando se legalizó y regresa a México exitoso.


CONCLUSIONES:
La comunidad internacional reconoce la necesidad de crear mecanismos de prevención, protección y asistencia de sobrevivientes de este injusto. Así como la investigación, persecución y castigo de los victimarios. Existen factores de empuje y atracción que generan el flujo poblacional de un país emisor a un país receptor.
En México, en cuanto al combate de la comisión de este delito, se observa que históricamente, el bien jurídico tutelado ha sido el control del Estado de los niveles y flujos de población, y no fue sino hasta la década de los noventas que se tiene una nueva perspectiva, en tanto que se reconoce la protección de la salud, seguridad y dignidad humana de las víctimas de este injusto.
Se tiene que llegar a los sobrevivientes de este injusto de todos los recursos y medios de protección y tratamiento para poder superar la experiencia tan devastadora que genera el ser víctima del tráfico de personas. Esto se logra mediante la participación multidisciplinaria de individuos preparados y dispuestos.
Son múltiples los obstáculos que enfrenta la prevención, detección y castigo de este delito, puesto que las condiciones de ilegalidad y corrupción en las que se gesta se extienden a lo largo del proceso del tránsito de los migrantes hacia el país de destino, incluso, perpetuando sus efectos nocivos una vez que la víctima se ha instalado en el país receptor.


11:30-11:45 Preguntas y comentarios


¿Por qué no cambian el discurso gente trabajadora que va a otro país?
Por supuesto que se tiene que cambiar, hay un conjunto de derechos elementales que se encargan de la defensa, de la dignidad, del bienestar que integran todo lo bien que pueden estar esas personas, llevar y buscar ese discurso de los migrantes.

¿Se me hace muy peligroso como les llaman porque se ponen a todos en un caso de traficantes, o tratantes?
Polleros sociales, sin ánimo de lucro, y no todo es en contra de la delincuencia organizada que se aprovechan de la situación, no es la misma una persona una que engancha y engaña, la misma ley no actúa igual para todos, no es para una conducta engañosa, pero sí una conducta de tráfico.
El interés mío, es pasar del discurso y brincarse a qué está contenido en la ley, sabemos qué clases de tráficos que hay, es hora que demos ese paso y llevarlo a otra fase. En base a quién está en el poder, y tienen discursos totalmente contra dispuestos, estados unidos no sobreviviría, sin la mano barata de los mexicanos. La cuestión es cómo hacer que todo el mundo se de cuenta de esto, y la población en general se va a dar cuenta de esto. Obedece a una razón económica, es con la materialización de la voluntad del pueblo y llevarlo a conocimiento de las masas, eso es lo más importante.


11:45-12:00 Conclusiones de la sesión.
Moderadora: Dra. Gloria Ciria Valdéz Gardea, El Colegio de Sonora.


El actor migrante intelectual que emigra y se queda en otro país ante la ausencia de áreas de trabajo y oportunidad en su país, nos habla de la heterogeneidad de los actores migrantes. Hay que evitar los estereotipos del actor migrante, y para ello se requiere avanzar en términos de categorías en el contexto actual. Nosotros tenemos que hacer uso de herramientas metodológicas multidisciplinarias, como hemerográfica, video, fotográfico, etc.
Los desafíos actuales requieren que nosotros revaloremos, y revistemos los conceptos y las metodologías complejas y difíciles de abordar que hacemos estado utilizando.

Se invitó al siguiente seminario el día 3 de junio en edificio de posgrado a las 10am.