Fuera de ruta
13 de Marzo de 2010
Gloria Ciria Valdéz Gardea*
En el 2009, según los datos del Programa Estatal de Atención a Menores Migrantes, fueron atendidos en los albergues 7 mil 626 menores.De ellos 6 mil 349 se atendieron por primera vez, y 1,277 fueron reincidentes.Estos menores fueron atendidos en los módulos del programa localizados en las comunidades fronterizas de Sonora.En San Luis Río Colorado, se recibieron 226 por primera vez y 62 menores reincidentes, en Nogales 5 mil 054 por primera vez y 972 reincidentes y en Agua Prieta mil 069 por vez primera y 243 reincidentes. En cuanto a la distribución por sexo, la mayoría fueron del sexo masculino 5 mil 520 y 829 del sexo femenino.La difícil situación económica por la que atraviesan cientos de familias mexicanas, ha ocasionado el aumento en la participación del menor en el proceso migratorio, especialmente los menores entre 14 y 17 años de edad. También ha propiciado la deserción en el sistema educativo, como lo informó recientemente el Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA), quienes afi rman que 700 mil niños y jóvenes, abandonaron la primaria y la secundaria en el 2009.No podemos obviar la correlación entre la deserción escolar y la participación en la migración internacional, especialmente cuando son las entidades tradicionalmente expulsoras de migrantes las que presentan el mayor número de casos de abandono escolar, como son Michoacán, Guanajuato, Oaxaca, Guerrero y Chiapas.Muchos de estos jóvenes abandonan la escuela para sumarse al trabajo y así ayudar a la economía familiar. Este fenómeno, como lo apuntó el titular del INEA, Juan de Dios Castro Muñoz, está ligado a las zonas en México en donde el índice de desarrollo es menor.El rezago educativo en México es de 33 millones de niños, jóvenes y adultos que no saben leer ni escribir.Es necesario articular la relación entre la deserción escolar y la participación del menor en la migración internacional. También conocer en dónde están y qué están haciendo los menores que abandonan la escuela.Cómo país debemos preguntarnos cuáles son las opciones reales que les estamos ofreciendo a las nuevas generaciones.